viernes, 18 de mayo de 2018

Hay no se puede, no se puede, hay no se puede.





Hay no se puede, no se puede, hay no se puede.


Estamos ya en el tercer mes del año escolar 2018. Quiero, en mi condición de docente, reflexionar sobre los avances y las dificultades que se ha tenido hasta la fecha.
Marzo y abril transcurrieron a prisa. Mayo se nos va y se nos avecina junio que de igual forma, pasara a formar parte de los días pasados.
He escuchado decir: ¡Qué rápido pasa el tiempo! Los días y los meses pasan tan rápido que no lo sentimos.
Qué rápido pasan las horas de la mañana en el aula, decimos en la escuela. Me falta tiempo, no logré terminar lo planificado.
Y así continúan marchándose los días, festejando los cumpleaños, conmemorando fechas importantes, esquivando y evitando tropiezos, quizás desenado eternizar los momentos felices y queriendo olvidar desavenencias y desazones.
Pasan los días, pero lo que no se puede, en educación, es olvidar que cada día, por más rápido o lento que pase, nos espera en el aula un niño o niña, un joven o señorita, una persona, varón o mujer, alto o chico, para hacernos recordar cuál es nuestra misión.
No se olvida. Hay no se puede, hay no se puede, hay olvidar a quien se quiere, dice la canción. Y yo he escuchado en la agraciada voz de un colega, cantar esta misma canción pero con partes de la letra cambiada: hay no se puede, hay no se puede, olvidar lo que nos hacen a los profesores en educación.
Y no falta por ahí algún niño o niña, joven o señorita que con inteligencia y creatividad de inmediato diga: hay no se puede, hay no se puede, hay olvidar al profesor, hay no se puede, hay no se puede.
Y un poquito más allá, a lo escondido, también escucharemos a algún niño o niña, joven o señorita, un tanto disconforme decir: hay no se puede, hay no se puede soportar al profesor.
Es muy probable que todos los que estamos involucrados en el sector educación, que dicho sea de paso, es tarea de todos, valga la redundancia; estemos como en la canción cambiando alguna letra y digamos: hay no se puede olvidar, hay no se puede soportar, hay no es justo, hay qué lindo, hay qué bueno y tanto así que estemos olvidando de nuestra verdadera misión.
Ante esto, en el presente año, yo me he propuesto cumplir con responsabilidad mis obligaciones diversas como padre, esposo, profesional, ciudadano; demostrando ser mejor persona cada día; no obstante, reconozco  que es necesario organizarse para no reemplazar una actividad u obligación con otra. Con ello quiero decir que se debe respetar los horarios para cada cosa, porque si no terminas realizando de todo, menos lo más importante y primordial.
Tengo muchos anhelos. Son variados. Son de mil colores. Son infinitos. Son mi razón de ser. Tengo muchas ganas de hacerlos realidad, pintarlos yo mismo, darles forma, conseguir que brillen en lo alto, que existan por siempre.
Tengo el corazón que late más que mil corazones y tengo ahora el deseo de expresarlo y escribirlo aquí, porque siento muy dentro de mí que lo que realmente quiero decir, es lo que dentro de mí se esconde y lo que se esconde dentro mío son deseos de vivir, amar, luchar, producir, ser feliz; pero sobre todo eso, se esconde dentro mío, el deseo de ver a todos mis seres queridos y todos los que me rodean en el mundo entero: mi escuela, mi pueblo, mi país, mi continente, mi planeta, verlos a todos felices y muy dichosos.
Yo demuestro también mis rabietas con lo injusto, lo que no está bien y probablemente también haya dicho: hay no se puede, hay no se puede ya con esto.
Soy el silencio a veces. Soy el viento tranquilo y suave del amanecer; mas, soy también viento huracanado que llega y se va tan pronto como vino.
Soy mucho más que ello, un sol que brilla en medio de la lluvia y el arco iris. Soy lo que yo elijo ser  y hoy he elegido escribir estas líneas para contarles que junto a mis niños y niñas, junto a mis colegas, junto a los padres y madres yo me estoy convenciendo a decir siempre: ¡Sí se puede! Y gracias a ello estamos logrando avances significativos, venciendo las dificultades.

Desde la I.E.N° 18169 Congón, venimos trabajando para brindar una educación integral a nuestros niños y niñas. Lo hacemos con toda la comunidad educativa integrados en el Proyecto educativo: Club del Pensamiento Positivo en el que cada día decimmos que: "Nosotros Sí podemos". ahora cambiamos la letra de la canción y en vez de: "Hay no se puede, hay no se puede" Decimos: "Hay sí se puede, hay sí se puede" ser mejores cada día.

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