viernes, 31 de agosto de 2018






Profe: Jose Luis Arista Tejada

En las últimas semanas, he visto, escuchado y leído de todo con respecto a las próximas elecciones municipales y regionales.
Ante este acontecimiento importante que se avecina, he llegado a concluir que “El tiempo y la vida son los mejores maestros que nos indican de cómo estamos actuando como sociedad”. Nos van enseñando muchas cosas y si aprendemos la lección podemos avanzar, de lo contrario, retrocedemos sin aprender nada de ella.
¿Qué hemos aprendido en estos últimos años, con respecto a saber elegir bien a nuestras autoridades?
Las personas de antaño, siempre decían a sus hijos: “Si aprendes las lecciones de la vida, te irá bien”, si no, siempre tendrás sorpresas desagradables en la misma situación.
¿Cómo sabemos entonces, que hemos aprendido las lecciones de la vida?
La vida no nos enseña hablando o disertando. La vida no te habla vez tras vez sobre la misma cosa para que entiendas; es  mucho más objetiva, te muestra los resultados. Con cada problema o con cada logro te va diciendo, despierta, hay algo que quiero que aprendas de esto.
Por tanto, cabe preguntarnos: ¿estamos alertas para aprender de lo que vamos viviendo diariamente? ¿Hemos aprendido a elegir bien a nuestras autoridades?
¿No nos ha enseñado ya la vida que de nuestra elección depende mucho el progreso o atraso de nuestro pueblo?
Somos ya experimentados, expertos, duchos en sufrir las consecuencias de no aprender las lecciones de la vida, cuando debería ser al contrario, el de ser duchos en elegir bien y disfrutar de las cosas buenas que de esa excelente decisión, se consigue como frutos.
Sin bien, otorgamos a terceras personas la oportunidad de tener el poder, deberían corresponder de igual manera a toda la población, sin excepción. Pero como bien dijo alguien: “La vaca se olvida de cuando fue ternera”.
Yo siempre me pregunto ¿Por qué alguien que quiere ser autoridad tiene que gastar tanto con el fin de convencer que él o ella es la mejor opción? ¿Cuántos miles? ¿Cuántos millones?
Si quiero servir a mi pueblo ¿No debería ser al contrario?
He aprendido de la vida muchas cosas que edifican la existencia; obviamente que la vida nos exige esfuerzo, perseverancia, dignidad, entendimiento, responsabilidad y siempre te está diciendo “lo tomas o lo dejas” ya sea en lo bueno o en lo malo, “lo tomas o lo dejas”; y el saber elegir lo uno, dejando lo otro, te conlleva a aprender lecciones que si bien, muchas veces son satisfactorias, muchas otras veces son también muy desagradables, dependiendo de nuestra elección.
Es por ello que, estoy seguro que la vida, en esta oportunidad nos está diciendo una vez más: “Lo tomas o lo dejas”, es decir, eliges una buena autoridad u otra vez, eliges lo mismo de siempre que te ha causado disgustos.

Frente a todo ello, de nuestra elección, muchas veces me he preguntado tantas cosas que me falta entender del todo, es por eso que aprovecho para preguntar lo que quiero saber:
Quiero saber, díganme ¿Cómo eliges y cómo haces para vivir sin tener vergüenza de nada?
¿Cómo haces para no tener ni una pizca de remordimiento?
Díganme cómo. Quiero saber qué es lo que sientes cuando eliges hacer daño a los demás y como si fuera poco, te ríes.
¿Cómo se es capaz de elegir hacer tanto mal, si nuestra naturaleza es, poder discernir y darse cuenta que es mejor preferir el bien antes que el mal?
Quiero saber, cómo es que eliges convivir con la conciencia sucia, con el pensamiento corrompido, con el alma en ruina. ¿Cómo es posible elegir vivir así?
A mi entender, sé que ello conlleva a ser miserables, a vivir en deshonra, a estar desesperado, a actuar con perversidad y para evadir todo remordimiento, encuentras mecanismos para bloquear la conciencia de tal manera que nada de lo que se haga tiene límites en el bien, ni en el mal.
Díganme ¿Por qué me  mientes? ¿Por qué te aprovechas de los demás? ¿Por qué permites que siga existiendo el sufrimiento de ese ser que esta a tu lado todos los días, si tú puedes ayudarlo?
Díganme: díganme ustedes de este otro lado ¿Por qué nos dejamos engañar’ ¿Por qué elegimos que nos traten así? ¿Por qué consentimos que ellos actúen mal?
¿Por qué no aprendemos las lecciones de la vida?
Por qué, y porqué y porqué.
Nada está bien así.
¿Estás de acuerdo con que la sociedad continúe así?
Que tus hijos elijan ser corruptos. Que tus nietos elijan ser perversos. Que tu entorno sea peligroso. Que tu pueblo conviva con el caos. Que tu misma vida sea un desastre por no saber o por no querer elegir hacer las cosas bien, en lo correcto, justo, digno y provechoso.
Es que elegir eso, requiere esfuerzo, valentía, perseverancia, dignidad. Requiere de aquello que a muchos hace correr y asusta, porque están acostumbrados a lo fácil, llevados por el ocio, la desidia, los vicios, las malas actitudes, la corrupción.
¿No nos está enseñando la vida que, al elegir eso, la sociedad se destruye cada vez más?
Aprendamos de las lecciones de la vida y elijamos bien.
Pues: “Si aprendemos las lecciones de la vida, nos irá bien”, si no, siempre tendremos sorpresas desagradables en la misma situación”
Lo tomas o lo dejas. En esta oportunidad nuevamente la vida, nos está diciendo una vez más: “Lo tomas o lo dejas”, es decir, eliges una buena autoridad u otra vez, eliges lo mismo de siempre que te ha causado disgustos.


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