Agradecer, ante lo bueno y ante lo malo, es saberse siempre querido por
Dios:
Hay muchos motivos para
estar agradecidos, por ejemplo:
Con tus padres:
Gracias por cuidarme,
alimentarme, educarme y demostrarme cariño.
Con Dios:
Gracias por la tierra,
el aire, el sol, el agua, las plantas, la vida.
Con tus maestros.
Gracias por darme
buenas enseñanzas, por guiarme por buen camino, por decirme que yo sí puedo.
Entre otras cosas, como
integrantes del Club del Pensamiento Positivo, debemos decir siempre:
Gracias porque estoy
vivo.
Gracias porque siempre
se puede comenzar de nuevo, levantarse y seguir adelante.
Gracias porque hoy tengo
qué comer.
Gracias porque aún puedo
sonreír.
Gracias porque en este
mundo hay al menos una persona que me ama.
Gracias porque hoy pude
despertar.
Gracias porque puedo
disfrutar de un nuevo día.
Gracias porque todavía
hay personas buenas en este mundo.
Gracias porque aprendo
de mis errores.
Gracias porque siempre
se aprende algo nuevo.
Gracias porque tengo
una familia.
Gracias por los retos
que afronto día a día, pues estos me hacen más fuerte y sabio.
Gracias porque después
de la tormenta puedo ver un arcoíris en el cielo.
Gracias por los
problemas, pues aprendo cosas nuevas, tengo la oportunidad de corregir errores
y superarme.
Gracias porque sé leer
y escribir.
Gracias porque tengo la
oportunidad de ayudar al que necesita.
Gracias por mis amigos.
Gracias por las
palabras de aliento, por la música, por los libros, por los descubrimientos, los
consejos de mis padres, los consejos de mis maestros, por las lágrimas, por las
sonrisas de los demás, por la fe, por los amaneceres, por las puestas de sol...
Gracias por estar a mi lado.
Y en estos días
difíciles por las que estamos pasando, nuestro agradecimiento a quienes
arriesgan sus vidas por cuidar y salvar la nuestra. Nuestro agradecimiento a
los médicos, enfermeros, enfermeras, todo el personal de salud, las fuerzas
armadas y policiales, a nuestro Presidente y todos aquellos voluntarios civiles
y demás héroes anónimos que trabajan para mantenernos a salvo, exponiendo
incluso su integridad, dando lo mejor de sí para vencer al coronavirus.
¿Y, aun así, todavía
hay quienes se atreven a estar disgustados con la vida? No te disgustes con la
vida, al contrario, agradece que aún la tenemos y podemos contribuir
positivamente con la solución.
Pues hoy es un día para
agradecer.
Cuando la vida te da
razones para ser negativo piensa en una razón para ser positivo. Siempre hay
algo que agradecer.
La gratitud lo incluye
todo
Los días buenos te dan
felicidad y los días malos te dan lecciones. Ambos son necesarios.
Escribe en tu cuaderno
de la superación una carta de agradecimiento a ese alguien muy especial, a ese
alguien que siempre está ahí y dile lo mucho que lo agradeces por hacer que tú,
tengas una existencia maravillosa.
Congón 20 de mayo del 2020
Estimado profesor:
Me dirijo a usted para manifestarle mi
agradecimiento por el tiempo y la atención que me brindan durante las clases de
Aprendo en casa. Solo quiero decir gracias. Gracias por ser amable que todos los
estudiantes. Gracias por ir más allá de su trabajo diario para asegurarse de
que, sí logré entender la clase.
Eres el profesor cuyo
positivismo irradia como la luz del sol.
Así que gracias por
apoyarme y alentarme a perseguir mis sueños. Gracias por entender que a veces tenemos
dificultades y nos ayudas y alientas a seguir, a a pesar de todo.
Saber que puedo seguir
estudiando me hace feliz.
Agradeciéndole
nuevamente, termino esta pequeña carta de agradecimiento, expresándole mi saludo
a usted:
Muy atentamente. Analy
Cruz Mendoza.
Prof. Jose Luis Arista Tejada
Hoy es un día para agradecer.