El ruego de los pobres de nuestro país.
Por: JOSE LUIS ARISTA TEJADA
Yo doy mi voto
en favor de lo moral
a favor de aquel que ha roto
todas las cadenas del mal.
No le culpo ni al uno ni al
otro
ni quiero arruinar nuestro
acuerdo;
pues yo, ni gano ni pierdo,
es mas bien para el rostro del
mundo
que se necesita paz
y un amor que sea cada vez más
fecundo.
Yo puedo encontrar alegría si
me propongo
Y ¿Qué pasa con la humanidad?
No es más que el sueño del
pongo
en medio de la calamidad.
Yo puedo pensar así
incluso puedo pensar de otra
manera,
puedo decir no, como también
sí,
siempre y cuando yo lo quiera
en honor a mis principios,
en virtud a mi dignidad,
en gloria de los tratos
limpios
y no en deshonra y la
desigualdad.
Doy mi voto ahora
por conservar la visión,
por cambiar el ojo que llora,
por otro que ve con ilusión.
Se puede lograr sin demora
que aquel mal que nos devora
sea el inicio
de luchar contra nuestro vicio
de seguir en lo mismo;
a pesar que se nos ha dicho
que las consecuencias
son peores a la de un sismo.
Existen personas que están
abajo,
donde el pueblo reclama
un puesto de trabajo.
Están donde se ama
casi todo lo barato
donde no hace falta fama
para darnos un buen trato.
Quizás a veces se pide
algunas buenas obras
pero sepan que el amor no se
mide
porque los den sobras;
si no, por el afecto
la comprensión y la buena
moral
con que realizan este proyecto
de apoyo y ayuda total.
Sin embargo en muchos quepa la
duda;
pues, no lo pueden evitar,
llegan a pensar que los dan
una ayuda
sin llegarlo a meditar;
para ellos, el corazón es el
que vale
ese corazón solidario,
ese corazón de bien que pocas
veces sale
y viene a nuestro vecindario.
En general
todo es un simple juego
mas no una señal
de haber escuchado el ruego
que hacen los pobres.
Se hace uno y tantos
documentos
que se presentan en sobres
pero nunca llegan los momentos
que ellos deseaban
que ellos anhelaban.
Yo doy mi voto
en favor de lo moral
a favor de aquel que ha roto
todas las cadenas del mal.
JOSE LUIS ARISTA TEJADA
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